Entrado ya el camino espiritual, en principio te topás con las primeras épocas de vergüenza propia y que te causa estupor tu propia persona en pilates al encontrarse intentando inútilmente una posición imposible de realizar si no te moviste en los últimos veinte años.
Luego te enterás que, de pronto, te es familiar tener dibujos en tu habitación, palabras de aliento en tu escritorio, mandalas en la cocina.
También te empezás a juntar con gente que piensa parecido y que conociste en la clase de meditación, vas a comer a sus casas vegetarianas y tienen instrumentos de sanación, más afirmaciones en el baño, carteles de bienvenida que rezan "Hoy es un dia maravilloso" o "Gratitud por lo vivido".
Tus nuevas amistades en las sobremesas sirven, aparte del postre vegano, una tirada de cartas angélicas, profecías de diosas u oráculos chinos.
Y ahí notás la diferencia, existen los espirituales verdaderos, que viven lo que pregonan y los espirituales paradójicos, que solo lo hacen para postear en el face. Los últimos son aquellos que una vez que pasaron la linea de Osho tienen la necesidad imperiosa de compartirlo en su muro.
Los llamo los paradójicos porque ponen paisajes bellisimos... que ven por pantalla. Abundan los arcoiris y los cielos estrellados pero que nunca se ven en Belgrano o Caballito. Repiten frases presuntamente célebres de personajes iluminados, pero jamás los leyeron. Saludan con un namasté y los cercano a la India que vieron fue un restaurante en Las Cañitas. Son los que hablan de la paz interior y putean al tachero.
Nota para usuarios del face:
1- Los muertos, los bebés y las mascotas NO LEEN, asi que evítenlo.
2- No nos importa qué estás comiendo a menos que sea algún insecto o animal exótico. O que vos seas la presa.
Gracias
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