lunes, 16 de julio de 2018

La vida apesta #5 "Metete el gato en el orto"







Hay
un chiste que reza lo siguiente: Un hombre pincha una goma en la noche en medio
de la ruta, se da cuenta que no tiene un gato para arreglar la rueda.  A la distancia ve una casita con una luz
prendida y se va a la casita para pedir uno. En el trayecto camina y piensa
"Seguro que no me va a abrir, le caigo en la mitad de la noche. Encima le
tengo que explicar que pinché. Seguro no me cree, me va a cerrar la puerta en
la cara en el mejor de los casos y encima después pedirle un gato, seguro que
no tiene y si tiene no me lo va a prestar para venirme hasta acá a arreglar el
auto... “y así…  Llega a la casa, toca la
puerta, un señor abre:
“¿Qué
desea?”  
y el
tipo le dice - "Metete el gato en el orto".


Vivimos
haciendo esto, presuponemos, rosqueamos lo que va a pasar y actuamos en
consecuencia como si esto fuera real.
No
hacemos miles de cosas pensando que no nos van a prestar el gato, y encima
reaccionamos en consecuencia, como si no nos lo hubiesen prestado.
Esta
respuesta es muy útil cuando detectamos que el otro presupone cosas en lo
cotidiano del tipo "No va a haber lugar para estacionar". No tenemos
ni idea, porque no tenemos la bola de cristal, pero por las dudas nos amargamos
y vamos insultando cuatro cuadras hasta llegar donde ¡Oh, sorpresa! Hay espacio
para estacionar. 
Ahí
se aplica la gran frase "Metete el gato en el orto"
“No
voy porque va a llover” “Va a reaccionar de tal manera” “Lo voy a molestar” “No
lo hago porque soy malísimo, no me va a salir” y todas esas cosas.
Ante
charlas como ésta vale decir el mantra. Cuando pasa al revés, que ante la
realidad nos damos cuenta todo lo que habíamos supuesto, lo usamos como
sustantivo: "Al final vino, me hizo la gran metete el gato en el
orto".


La
imagen de alguien enojado, muy enojado, despotricando contra algo que sabemos
que en realidad no existe, que se está peleando con un supuesto que sólo está
en su cabeza, es la de un perro Chihuahua enloquecido ladrándole a su reflejo en
el espejo.


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