lunes, 16 de julio de 2018

La vida apesta budista: el manto de piedad







¿Cuántas
veces pensamos cosas que nos reprimimos ante nuestro interlocutor? Para eso
existe el manto de piedad.
Se
trata de decir “manto de piedad” en lugar de lo que queremos decir y que el
otro entienda, o presuma, llene los blancos, de nuestros pensamientos.
Sirve
ante una frase que el otro deja picando de cualquier tipo y dependiendo el caso
de los que se esté evitando decir puede ser malo o bueno.
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Es que a veces soy medio torpe
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Manto de piedad
En realidad quiero decir “si, sos un boludo importante”

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No sé que comer
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Manto de piedad
En
realidad quiero decir “cómeme a mí, papi”
Existe
diferentes versiones de acuerdo a la magnificencia de lo que se quiere tapar. A
veces un manto no es suficiente para tapar mis pensamientos y allçi recurro a
la frazada, edredón, telón, carpa de circo de piedad.
Por
ejemplo
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¿Vos que me darías?
En lugar de decirle “ A vos te doy hasta el dia del juicio
final” digo frazada de piedad

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Creo que demostré ser un capo
En lugar de decirle “sos un nabo de gran talante” aplicamos
una carpa de circo de piedad





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